Apostol

Camino Mozárabe

Etapa

2

Cultura

Almería

Se estima que el primer asentamiento humano de la zona debió de emplazarse en el cerro de la Alcazaba. El arqueólogo Juan Cuadrado habló en su momento de restos neolíticos, remontándose los hallazgos más antiguos y documentados al Paleolítico medio. Existen asimismo restos fenicios posteriores.
Almería fue ocupada por Roma durante la campaña de Escipión contra los cartagineses a finales del siglo III a. C., recibiendo el nombre de Portus Magnus. El asentamiento quedó enclavado en la Hispania Ulterior, convirtiéndose en uno de los puertos más importantes del sur de Hispania, célebre entre los comerciantes del Lacio.
Las primeras noticias sobre la presencia musulmana en este lugar se remontan al siglo VIII o principios del siglo IX, cuando Abderramán I encomendó la vigilancia de la costa al clan yemení de los Abencerrajes para impedir el desembarco de los normandos.
Tras la desaparición del Imperio almohade en el siglo XIII, se inició el período nazarí, caracterizado por las continuas luchas internas que tenía. Agravó la situación de precariedad la sequía iniciada en 1227, que desestabilizó gravemente la agricultura y el comercio.
Tras la toma cristiana se hizo patente la necesidad de mejorar sus infraestructuras defensivas, pues se encontraban muy deterioradas por el terremoto que la azotó en 1497 y por las rencillas internas del último periodo del Reino de Granada. .
Durante el siglo XVI se caracterizó por el abandono de sus habitantes, hecho que le ocasionó un retroceso que terminó extendiéndose por el resto de la provincia.
Iniciado el siglo XVIII, comenzaron a mejorar las condiciones socioeconómicas y desapareció el peligro de los piratas berberiscos, momento en el que renace la agricultura y se reactiva el comercio marítimo.
Durante la Guerra de la Independencia, desempeñó un papel importante. Las tropas francesas la ocuparon comandadas por el general Godinot, quien la asaltó el 15 de marzo de 1810.
Durante la Restauración se consolidó la recuperación económica gracias a la minería del hierro y la exportación de uva de mesa y cítricos.
La etapa democrática se inicia con la celebración de las primeras elecciones municipales, en 1979. Desde entonces el gobierno municipal ha estado presidido por alcaldes pertenecientes a los dos partidos mayoritarios en España (PSOE) y (PP), habiéndose producido el traspaso de poderes de unos a otros con total normalidad.

Huércal de Almería

Los primeros pobladores constatados del entorno huercalense se remontan al periodo Neolítico. Pueblos nómadas que se desplazarían entre las laderas de sierra de Gádor, donde utilizarían como refugio sus innumerables cuevas kársticas, y las zonas de inundación del río, encontrarían en el hábitat relativamente benigno de la época un lugar adecuado para la supervivencia.
La llamada Cultura de Almería (3.500 años a. C.) daría continuidad a este poblamiento mediante pequeños asentamientos consolidados que desembocarían en la Edad del Cobre. Es de esta época de cuando los yacimientos arqueológicos nos muestran los vestigios específicos más fehacientes de la evolución de la presencia humana prehistórica en Huércal. En este sentido, el poblado de Los Millares (entre el 3100 y el 2200 a.C.), situado en los municipios de Gádor y Santa Fe, constituiría la cabecera de una reconocida cultura que dominaba el territorio huercalense.
Los enterramientos de la época se realizaban en necrópolis situadas en el entorno de los poblados, a diferencia de la posterior época de la Edad del Bronce, que en nuestro territorio se reconoce como Cultura de El Argar (del 2200 al 1200 a. C.), en que los muertos se enterraban en el suelo de las propias viviendas.
En etapas posteriores, durante el desarrollo de la Cultura Ibérica, ya dominadora de la metalurgia del hierro, se van configurando los procesos que desembocarían en la integración de la zona en el dominio romano. Para entonces fenicios y cartagineses habían llegado a estas tierras. La riqueza metalúrgica de sierra de Gádor constituía un foco de atracción que generará una actividad minera de la que Huércal no se desprenderá hasta época reciente.
De entre los diversos minerales explotados destaca extraordinariamente el plomo, correspondiente a este metal la mayor parte de los restos mineros que se conservan en el término municipal. Durante las colonizaciones romanas y musulmanas la sierra de Gádor se convierte en un importante suministrador del mismo para sus correspondientes reinos e imperios.
Durante la época Ibérica el actual Chuche se convierte uno de los centros neurálgicos del sureste peninsular configurándose la ciudad de Urke, la cual desemboca en configuración de la Urci romana y su posterior evolución visigoda. En estos tiempos la población asentada en el entorno del actual Huércal dependía de la citada ciudad.
La llegada de gentes procedentes del Yemen y norte de África en el siglo VIII, las cuales se van asentando en el entorno del río Andarax marca el comienzo del progresivo paso al domino musulmán en este entorno. La ciudad de Bayyana en el entorno de Pechina, y sus diseminados barrios, va asumiendo el domino de la zona en la que se integraría la alquería de Warqal, una denominación cuyo significado Elena Pezzi cita como vergel.
A los pies de la actual Alcazaba de Almería Bayyana tenía un fondeadero conocido como furdat Bayyana (el puerto de Bayyana) con un pequeño arrabal y una torre de vigilancia. Este asentamiento de pescadores y comerciantes va tomando auge hasta que Abderraman III, en el 955, establece la ciudad de Almariyya en detrimento de Bayyana. La creación del Reino de Almería en el siglo XI refuerza esta decadencia.
Durante el reinado Nazarí de Granada la ciudad de Almería extiende sus dominios territoriales por todo el Bajo Andarax, los campos de Níjar y Tabernas, sierra de Gádor oriental, llanos de Vícar, etc. La organización territorial se conserva tras la conquista cristiana, lo que se refleja en la Cédula de los Reyes Católicos de diciembre 1501, por la cual se establecen los lugares de la jurisdicción de la Ciudad de Almería. En aquel tiempo Huércal ya es denominado como arrabal de la ciudad, lo que se mantiene durante siglos.
Al poco de la toma de la ciudad de Almería, se produce un levantamiento de la población musulmana (levantamiento mudéjar) la cual es castigada con la pérdida de sus propiedades y su expulsión de la ciudad y su entorno cercano. Tras esta expulsión inicia un primer proceso de repoblación con gentes desde otras zonas de la península. En Huércal se reparten a los nuevos pobladores treinta y dos casas y dos torres, cinco molinos, cuatro norias y 736 tahullas de tierra.
Igualmente se decreta el bautismo forzoso de todos los mudéjares que quedan en el antiguo Reino de Granada lo que los convierte en moriscos. Con el paso del tiempo la insatisfacción de los mismos por la falta de respeto hacia su verdadera religión, sus costumbres y propiedades, motiva su rebelión en 1568, lo que da lugar a su expulsión definitiva del Reino de Granada.
En 1570 comienza el destierro de los moriscos de Huércal, los cuales son llevados cautivos por mar hacia Sevilla, y por tierra hacia Córdoba y La Mancha, pereciendo muchos de ellos por el camino. Finalmente, Felipe III decreta su expulsión definitiva de la Península a principios del siglo XVII.
Esta situación dio lugar a un nuevo proceso de repoblación, a pesar de lo cual la recuperación demográfica no avanza definitivamente hasta el siglo XVIII.
Si bien Huércal había participado a lo largo del tiempo de diversos procesos de producción orientados hacia la exportación, como es la producción de seda o la citada minería y metalurgia del plomo, el siglo XIX marca un hito definitivo en este sentido.
La liberalización de la explotación del plomo (antes reservada a la Corona) establecida por Fernando VII a principios de la centuria, da lugar a un entusiasmo minero que llena sierra de Gádor de pozos.
Pero no es el plomo el único producto minero históricamente extraído y transformado en Huércal. En este sentido, la Fábrica de la Gloria, recientemente desaparecida en su totalidad, se encargaba de procesar, durante gran parte del siglo XX, los minerales del hierro para su posterior exportación.
Por otro lado, la consolidación de la aplicación del vapor a la navegación, unido a la capacidad de perdurabilidad de la variedad de uva de Ohanes, favoreció la extensión de este cultivo destinado a la exportación por todas las vegas del valle del Andarax. Finalmente, el decaimiento de este cultivo a mediados del siglo XX encuentra en la naranja una alternativa que cambia el paisaje del valle y la dedicación de sus habitantes.
Durante todo el siglo XIX la historia de Huércal de Almería está marcada por diversos procesos de diferenciación y agregación a la ciudad de Almería. Desde 1822 en que se produce una primera separación, hasta 1887 en que se materializa la segregación definitiva, la vocación de autogestión y las dificultades económicas se contraponen sucesivamente para dar lugar a los citados cambios administrativos.

Pechina

En sus cercanías estuvo la Urci romana; y ella misma, Pechina, fue la dominante Bayyana de que nos hablan los geógrafos e historiadores árabes, origen y madre de la ciudad de Almería. Las primeras noticias que dan a este lugar relevancia histórica, refieren la existencia de una ciudad importante, la Urci romana, ubicada en las inmediaciones de la actual Pechina.

Aunque hay discrepancias sobre la ubicación concreta de Urci , es evidente que fue importante cruce de comunicaciones: por tierra, una de las estaciones del Itinerario Antonino; por mar era el Portus Magnus.

Fue primera sede episcopal de San Indalecio, uno de los siete varones apostólicos, que en ella recibió sepultura, y como tal sede persistió hasta finales del siglo IX, cuando llegaron los primeros grupos islámicos.Según al-Rusati, Abderramán II encargó a un grupo de yemeníes, las tribus de Gassan y las de Ru’ayn, la defensa de la costa almeriense. Este distrito (iqlim) será conocido como Urs al-Yaman, y su capital (madina) como Bayyana, nombre que Torres Balbás afirma que procede de una heredad, fundus Baianus, que allí existió.

Wadi Bayyana se llamó al río que la circunda, en época islámica. Unidos los yemeníes con ciertos marinos y comerciantes andalusíes, procedentes del puerto norteafricano de Tenes (884-885), se constituyó la llamada República Marítima de Pechina, época ésta la más esplendorosa de su historia.

Bayyana será la tercera cora del emirato de Córdoba, del que mantendrá una semiindependencia, con dirigentes propios, los Banu Aswad, uno de los cuales, ‘Umar b. Aswad al-Gassani, la rodeó de murallas y construyó a su cargo una espléndida mezquita, a semejanza de Córdoba. Por su puerto, al-mariyya Bayyana, primitiva atalaya costera sobre su bahía la actual ciudad de Almería se comerciaba con Oriente y puertos de Yfriquiya y Bizancio, en un provechoso intercambio en el que sobresalía la artesanía textil de lino y seda fabricada en Pechina.

En 1748 se inician las obras en el paraje El Marraque, término de Pechina hoy Rioja, sufragadas por los hacendados de aquella y de Viator, a razón de 9 reales por tahulla de tierra. El suministro inicial que se obtiene es de 434,19 horas de agua, que fertilizarán 1.620 tahullas de tierra.

En 1748 se inician las obras en el paraje El Marraque, término de Pechina hoy Rioja, sufragadas por los hacendados de aquella y de Viator, a razón de 9 reales por tahulla de tierra. El suministro inicial que se obtiene es de 434,19 horas de agua, que fertilizarán 1.620 tahullas de tierra.

De 1850 a 1900 se produce una auténtica revolución agraria, general en el valle, que transforma no sólo el paisaje, sino también la forma de vida de sus gentes. Los tradicionales cultivos de la zona se sustituyen por la efímera uva de embarque. Las ganancias son rápidas. La población se duplica, alcanzando los 3.986 habitantes, y, al calor de las nuevas rentas, se levantan nobles edificios para solaz de sus vecinos. Por entonces, el obispo don Gaspar Molina y Rochas adosó al templo parroquial, como palacete de verano, una casa de sobrias y cuidadas dimensiones; el escudo episcopal campeó sobre una de las rejas que cerraban y cierran sus vanos.

Pechina, como lugar más antiguo, ostentaría unos derechos privilegiados, que luego conservaría. Por ella comenzaba el riego de la tanda el viernes a mediodía, principio de la semana musulmana, hasta completar sus 60 horas de agua; igualmente iniciaba la tanda alternativa en momentos de sequía; y además disfrutaba del corte de las aguas, aprovechándose ésta en el pago del Chilichí.

De época musulmana datan también sus tres acequias principales y el emplazamientos de sus molinos, entonces almazaras. Población y producción evolucionarán al unísono. Superado el bache demográfico de finales del siglo XVI, se percibe un lento crecimiento, acorde con el conjunto peninsular.

Rioja

Tras la conquista de los Reyes Católicos del reino de Granada, Rioja se incorpora junto con Gádor y Quiciliana a la Corona de Castilla en 1489 como parte de la jurisdicción de Almería, dando comienzo a una nueva etapa histórica en la que conviven dos comunidades, los vencedores y los vencidos. A partir de 1490, comenzaron los levantamientos y la ruptura debido a la represión, que culminó con el reparto de las tierras de Almería incluyendo en ellas las de Rioja.

Un período de máximo esplendor fue la época musulmana, al igual que para el resto del valle, y cuya decadencia comienza con la incorporación de Rioja. Gádor y Quiciliana a la Corona de Castilla en 1489 como parte de la jurisdicción de Almería, en la que los repartimientos de las tierras convierten a los cristianos viejos en propietarios de la mayor parte de las tierras de estos municipios.

Tras el levantamiento de los moriscos de Granada en 1568 y su posterior represión por don Juan de Austria que, junto con el marqués de los Vélez, tiñó de sangre y represión estas tierras, expulsando al 90 % de la población que era morisca, quedándose la Corona con sus propiedades.

Al finales del siglo XVI Rioja sólo cuenta con 94 personas que se reparten las antiguas tierras de los moriscos, de los cuales sólo 12 eran cristianos viejos. En esta época, también se convierte en pueblo, aunque Gádor logró incrementar sus propio térmico a costa de territorios que anteriormente había pertenecido a sus vecinos. En este sentido es imprescindible el estudio llevado a cabo por el historiador D. Antonio Gil Albarración del LIBRO DE APEOS, DESLINDE Y REPARTIMIENTO DE RIOJA, GÁDOR Y QUICILIANA, del 1787.

En realidad, el Libro de apeo, deslinde de términos y repartimiento de Rioja, que se guarda en Granada, data del año 1572, cuando esta localidad formaba parte de un sólo municipio junto a Gádor y el desaparecido Quiciliana. Al extraviarse el documento, se hizo una copia, traslado, del Libro en el siglo XVIII que volvió a perderse y reapareció en 1985 en la Diputación de Almería, donado por el bibliófilo Antonio Moreno y donde ha quedado guardado en la llamada Hemeroteca provincial Sofía Moreno Garrido.

EL 17 de abril de 1570 don Juan de Austria llegó a dormir en Rioja pasando a Santa Fé de Mondújar, dando un plazo de 20 días pra que los moros fueran reducidos. En esta época Rioja es incorporada, junto con Quiciliana, a Gádor hasta 1635 en que vuelve a ser municipio independiente. Hacia 1572 el número de viviendas e Rioja era de 49, las cuales se componían de cocina, palacios (dormitorios), corrales, y algunas poseían horno particular.

Gádor

De origen fenicio-ibero, ya que de esa cultura deriva su actual topónimo, en época musulmana Gádor tuvo un papel destacado tras convertirse en uno de los principales enclaves del antiguo Reino de Almería. Las ruinas de dos torres situadas a orillas opuestas del río Andarax dan fe del paso de los árabes por aquí. Con la expulsión de los moriscos en el siglo XVII devino la despoblación de la zona y el declive del municipio.
En su término municipal se encuentra también la fortaleza de Mondújar, además de vestigios romanos y bizantinos, varias necrópolis musulmanas e importantes restos de las culturas de la primera Edad de los Metales, como la Argárica y la de Los Millares. De los restos romanos hallados sobresalen los fragmentos de la estatua del Buen Pastor de Quiciliana, escultura paleocristiana, que se encuentra expuesta en el Museo de Almería.

Santa Fé De Mondujar

Santa Fe de Mondújar fue en tiempos árabes un arrabal perteneciente a Mondújar. Cuando fue conquistado por los Reyes Católicos recibió el nombre de Santa Fe. Algunas leyendas atribuyen esta nueva denominación al hecho de que los soberanos pernoctaran en esa alquería durante su viaje a Almería, siendo Isabel I de Castilla la que decidió que en el futuro se llamara así. Otros cronistas aseguran que fue Don Juan de Austria quien eligió ese topónimo cuando sumió el mando en la guerra de las Alpujarras.

A medida que los reinos cristianos iban dominando el territorio que hasta entonces estaba bajo el poder musulmán, iban construyendo edificios que sirvieran para consolidaran el control sobre la zona, tanto a nivel militar como político e ideológico. En los lugares en los que hubo mezquitas, edificaron iglesias.

Santa Fe por su parte es de fundación cristiana , y sustituye a Mondújar y Huéchar como centro poblacional para acoger a los nuevos repobladores en el año 1.573 , cuando tras las guerras moriscas quedan despoblados estos lugares La que había sido una pequeña alquería musulmana comienza a crecer alrededor de la torre nazarí , (construida entre los siglos XIII y XIV) , a la que muy pronto viene a añadirse otro edificio singular símbolo del nuevo poder religioso y político