Apostol

El Camino de Levante

Etapa

9

Cultura

Albacete

Durante la dominación musulmana, Albacete fue un pequeña alquería llamada Al-Basit (La Llanura).Tras su conquista por Fernando III, el rey la cedió en condición de aldea al concejo de Alarcón.
En el reinado siguiente, tras los conflictos por la sucesión a la Corona, Albacete pasó a formar parte del señorío de los Manuel, bajo cuya jurisdicción permaneció hasta la Edad Moderna.
En el primer cuarto del siglo XIV experimentó un fuerte crecimiento. En este período apareció la Feria, que atrajo a comerciantes, mercaderes y tratantes de ganado de las proximidades, favoreciendo que en 1375 el primer marqués de Villena le concediese el título de Villa y su independencia de Chinchilla.
En el siglo XVI siguió creciendo demográfica y económicamente.
El siglo XVII supuso para Albacete una época de decadencia, como para todo el país; Tras la crisis, el siglo XVIII trajo la recuperación. En la Guerra de Sucesión, la ciudad tomó partido por Felipe V quien, como recompensa, le concedió el privilegio de una Feria anual que la convirtió en el mayor centro económico de la comarca.
El siglo XIX le trajo una reforma administrativa trascendente. En 1833, el Ministro Javier de Burgos reformó la administración del territorio y así creó la provincia de Albacete, con territorios de las antiguas provincias de Cuenca, Murcia y La Mancha, otorgándole a la ciudad la capitalidad. Más tarde, Albacete defendió a Isabel II frente a los carlistas, lo que le sirvió para obtener en 1862 el título de ciudad.
A principios del siglo XX experimentó un significativo crecimiento urbano. Durante la Guerra Civil se convirtió en cuartel general de las Brigadas Internacionales y en sede de la fuerza aérea republicana. Con la promulgación del Estado de Autonomía de 1982, Albacete se separa de la Región de Murcia a la que pertenecio varios años, y entró a formar parte de la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha estableciéndose en la capital el Tribunal Superior de Justicia.
En la actualidad Albacete experimenta un considerable desarrollo urbanístico y una importante reactivación de sus actividades industriales y comerciales. Es una ciudad activa, moderna y de futuro, como demuestran algunos de sus muchos proyectos: Palacio de Congresos, la modernización del sistema ferroviario (AVE), el Aeropuerto, la Ciudad del Transporte o el Parque Científico-Tecnológico.

La Gineta

Esta comarca se asigna al pueblo prerromano de los Bastetanos (Sureste de Murcia y Albacete), limitando al este con los Edetanos y al norte, en Cuenca, con los orcades celtíberos.
En el siglo VIII se produce la conquista del territorio por parte musulmana, siendo durante la disgregación del Califato (1030) y con la aparición de los reinos taifas, la división de la provincia en dos partes, perteneciendo esta zona al reino de Toledo, mientras que el resto se adscribe al reino de Denia.
La documentación histórica de La Gineta comienza en época medieval, siendo dificil reconstruir su historia al haber perdido sus archivos, al menos en lo que se refiere a su documentación más antigua.
El nombre de ‘gineta’ parece que procede de un impuesto pagado por los ganados. Su escudo actual con una torre y una gineta parece aludir a dicho impuesto pagado a los jinetes, que desde la torre vigilaban a caminantes y ganados contra los salteadores.
Durante el s. XVIII las actuales tierras albaceteñas no formaban una unidad administrativa con entidad propia. La provincia de Albacete, como el resto de las actuales provincias españolas, nace por Real Decreto de 30 de noviembre de 1833, siendo regente la reina María Cristina. Durante dicho siglo, su territorio se encontraba repartido en tres provincias históricas: Murcia, Cuenca y La Mancha. La Gineta formaba parte del Reino de Murcia (y dentro de éste, al Partido de Albacete), que formaba una sola provincia cuyos límites amplió Floridablanca en 1785, por el noroeste hasta La Gineta, haciendo desaparecer totalmente el territorio que antaño formaba el Marquesado de Villena. En este siglo, La Gineta seguía sujeta a la jurisdicción real, apareciendo en el Nomenclator de Floridablanca bajo la denominación de ‘villa’.

La Roda

La Roda ha sido históricamente tierra de paso, este hecho hace difícil determinar sus antecedentes más remotos.
Dentro de su término municipal se han localizado restos ibéricos y otros posteriores pertenecientes a la etapa romana.
Parece ser que el nombre de La Roda deriva, según los expertos, del término árabe “rotba”, relacionado con un impuesto que se pagó por el paso de ganados o bien de “robda”, antigua milicia vigilante de fronteras y caminos que rondaban en torno a los castillos.
Fue este el nombre que recibió el antiguo castillo ubicado en el lugar donde hoy se encuentra la iglesia parroquial y donde se refugiaban los “arrobdas” o vigilantes cobradores.
Pasada la Alta Edad Media, hacia 1200, La Roda, probablemente, fue tomada a los musulmanes por las huestes del rey castellano Alfonso VIII durante la reconquista. Después, cuando en el año 1305 el rey Fernando IV de Castilla concede todas las tierra que componían el Señorío de Alarcón al Infante Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X el Sabio, La Roda queda bajo la protección de éste.
En 1310 el infante Don Juan Manuel otorga la concesión de los límites jurisdiccionales al municipio. Cuando Juan II dona la ciudad de Alarcón y su entorno al Marqués de Villena, La Roda definitivamente formará parte de este marquesado hasta que se segrega de él por propia iniciativa en 1476 incorporándose así a la Corona de los Reyes Católicos.
Durante el periodo renacentista La Roda experimentará un notable desarrollo económico y crecimiento que quedará reflejado en el arte y la arquitectura local.