Apostol

Camino Francés

Etapa

16

Cultura

Frómista

Antes de entrar en el núcleo de población, lo primero que encuentra el peregrino es la ermita de Santiago también llamada del Otero.
La iglesia de San Martín de Frómista, perteneciente al monasterio del mismo nombre, que un incendio destruyó en el siglo XV; es sin duda uno de los edificios más bellos y más significativos del románico Europeo.
Frente al monumento a San Telmo, patrón de los navegantes que nació en esta ciudad, se encuentra la iglesia parroquial del siglo XV de San Pedro, que junto a la antigua fortaleza de Santa María del Castillo, completa el conjunto monumental de una villa que también es conocida como: «La ciudad del Milagro».
«El mayordomo del Hospital de San Martín, excomulgado por no haber devuelto a su tiempo el préstamo que había tomado de un judío para realizar reparaciones en el albergue y con olvido de la pena eclesiástica que aún le pesaba, pese a haber saldado la cuenta, se acercó a comulgar quedándose la Hostia pegada en la patena, que se dejó desde entonces, 1453, en un relicario a la veneración de los fieles». (Texto: Pablo Arribas. Guía Adeco-Camino)
Varios hospitales, además del de San Martín, tuvo Frómista. El Hospital de Santiago, que ocupaba el solar donde ahora se encuentra el Ayuntamiento, el de los Romeros y el Hospital de los Palmeros, que es el único que aún se conserva, aunque transformado en hostería desde 1971.

Población de Campos

La pequeña ermita de San Miguel del siglo XIII, que queda a la izquierda de la carretera y a la sombra de una pequeña alameda con una fuente, da entrada a esta población que perteneció a los caballeros de la Orden Militar de Malta.
La iglesia parroquial de Santa María Magdalena se halla en lo más alto del pueblo y es de estilo barroco.
A la salida y antes de atravesar el puente sobre el río Ucieza la ermita del siglo XII de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro despide al Peregrino.
Desde mediados del siglo XII, Población de Campos fue señorío de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. La prueba documental que lo certifica es un privilegio otorgado por Alfonso VII en Salamanca el 24 de junio del año 1140 por el que entregaba a la Orden del Hospital la villa de Población.El señorío y jurisdicción de los sanjuanistas no tardó mucho en establecerse sobre la villa que poco tiempo después quedó constituida en cabeza de la bailía del mismo nombre.

Revenga de Campos

Sus ciudadanos se sienten orgullosos de una preciosa cruz procesional, que guardan en la barroca iglesia parroquial de San Lorenzo (siglo XVI)
Según cuenta la historia, Revenga de Campos se fundó en la décima centuria junto al río Uciega. Este municipio es la localidad natal del guerrillero Bartolomé Amor, héroe de la Independencia, enterrado en el cementerio del pueblo, el general dispone de un monolito en su honor.
En esta localidad, que cuenta con área de descanso para peregrinos, destaca la iglesia de San Lorenzo, barroca, del siglo XVI,con crucero estilo barroco y retablo mayor, dorado, del siglo XVII. La talla del santo es del siglo XVIII. De la antigua iglesia de San Juan no queda ninguna huella. En este pueblo también hay numerosas casas blasonadas.

Villarmentero de Campos

Tierra de Campos: tierra de soberbios y típicos palomares, que abundan a lo largo y ancho de la sirga. Desde la torre de su iglesia parroquial dedicada a San Martín de Tours se divisan algunos de estos palomares, así como la ermita de Nuestra Señora del Río, ya cerca de Villalcazar de Sirga y a la derecha de la ruta.
Se cuenta que las reliquias de San Martín llegaron a lomos de un solitario asno y que al entrar en el templo, empezaron las campanas a tocar solas.
A la salida del pueblo, una área de descaso con tres pinos centenarios invitan al peregrino a tomarse un respiro bajo su sombra.

Villalcázar de Sirga

También conocida como Villasirga (Villa-camino), perteneció durante mucho tiempo a la Orden del Temple y posteriormente fue patrimonio privado de diversas familias nobles. Este asentamiento templario tenia como vocación la tutela de la «Sirga Peregrinal». Y como resto de su soberbia instalación nos ha quedado su fortaleza, la, hoy, impresionante Iglesia templaria de Santa María la Blanca, templo románico de transición con sus torres y majestuosos pórticos de excepcional riqueza escultórica. Mucho arte por destacar en su interior, pero es quizás el impresionante sepulcro del Infante Don Felipe su joya más preciada.
Diversos milagros se atribuyen a la Virgen Blanca de Villasirga. El Rey Alfonso X le dedicó catorce milagros en sus cantigas. La curación de un romero alemán que estaba paralítico, despertó una gran devoción entre todo el mundo peregrino.
El Ayuntamiento está ubicado en un edificio palacio del siglo XVIII que perteneció a los Condes de Villasirga, un pasadizo secreto lo comunicaba con la iglesia. Varios hospitales prestaron asistencia al peregrino en la época medieval.

Carrión de los Condes

Hasta 14.000 habitantes llegó a tener Carrión a finales del siglo XII, atendidos por doce parroquias y otros tantos hospitales que dieron cobijo a los muchos peregrinos que a esta villa llegaban, fue por tanto, la ciudad más importante de Tierra de Campos. Aymeric Picaud la describe como una de las más activas e industriosas, «rica en pan, vino, carne y todo tipo de productos».
Uno de sus hospitales más famosos fue el que, a principios del siglo XIII, fundó Don Gonzalo Ruiz Girón, mayordomo del Rey, más tarde conocido como Hospital de la Herrada. Cercano al actual Monasterio de San Zoilo, se dice de él, que los peregrinos recibían «de mayo a octubre medio pan, y de noviembre a abril un pan entero».
Al entrar en Carrión y antes de alcanzar su recinto amurallado, se encuentra la Ermita de la Piedad y un poco más adelante, también extramuros, el convento de Santa Clara recientemente restaurado.
De las seis iglesias que quedan en pie, la de Santa María del Camino y la iglesia de Santiago con un impresionante friso escultórico en la fachada, representando el Pantocrátor con los apóstoles, son, sin duda, las de mayor belleza e interés.
La salida es un descenso hacia el río y, tras cruzarlo, se halla el Monasterio de San Zoilo del que se conserva un magnífico claustro renacentista. El resto de las instalaciones han sido transformadas, en la actualidad, en hospedería de lujo. Las reliquias de San Zoilo y San Felices, traídas de Córdoba por el primogénito de los condes fundadores, Don Fernando Gómez, fueron muy veneradas por los peregrinos.