Apostol

Camino Francés

Etapa

25

Cultura

Rabanal del Camino

Localidad situada en la falda del monte Irago, final de la novena etapa del Codex Calixtinus. Al iniciar su calle principal, lo primero que se encuentra es la ermita de San José, construida en el siglo XVIII y siguiendo la calle, en el centro del pueblo, el templo parroquial de Santa María, uno de los pocos que quedan por la zona de corte románico.
Se cuenta que en una casa de la calle principal, conocida como la casa de las Cuatro Esquinas, pernoctó Felipe II en su peregrinación a Compostela.
Es un pueblo en el que hubo un asentamiento Templario, en la época medieval y que conserva mucha tradición hospitalaria, incluso hoy cuenta con tres albergues, además de un hostal y un hotel y muy recientemente ha sido donada una casa a la Orden Benedictina para una fundación monástica:
Monasterio de San Salvador del Monte Irago
Hermano peregrino: Te damos la bienvenida. Esperamos que descanses y disfrutes de tu estancia entre nosotros.
Rabanal del Camino. Las primeras menciones documentales del lugar aparecen a principios del siglo XII, don de se habla de Los Rabanales. En el Códice Calixtino, figura como la novena etápa del Camino. A finales del siglo XII, llega la Orden del Temple y edifican el templo de Nuestra Señora de la Asunción. Los Templarios marcharon de Rabanal hacia 1287, fecha en la que el rey de Castilla concede dicha Iglesia al Obispo de Astorga.
La historia del pueblo queda ligada al desarrollo de las peregrinaciones. Su arquitectura se organiza siguiendo la norma típica del Camino: una calle larga, denominada Real, en torno a la cual se edifican distintas viviendas. A la entrada del pueblo se encuentra la ermita del Bendito Cristo de la Vera Cruz, templo de la fábrica barroca en el que se venera la milagrosa imagen del Crucificado. En la Calle Real se encontraba el Hospital de San Gregorio. Poco más adelante se levanta la ermita de San José la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, románica.
El Monasterio de San Salvador de Irago. El 2 de febrero de 2001, se fundó el Monasterio Benedictino de San Salvador, dependiente de la Abadía de Santa Otilia ( Alemania. Su finalidad: anunciar el Evangelio entre los peregrinos, ayudarles a descubrir que su Camino no se dirige a un pórtico de piedra sino a la Gloria de Dios.
El Monasterio se encuentra situado frente a la iglesia de Nuestra Señora. Su fachada está presidida por una talla de San Benito, joven, vestido con el hábito y cogulla monásticos, con el libro de la Regla en la mano, y el báculo abacial en la otra.
Debajo de la escultura de San Benito, puede leerse la siguiente inscripción: Sois santos, dice el Señor, y multiplicaré vuestro número para que oréis por mi pueblo en este lugar.
Por último, la piedra clave del arco d entrada al Monasterio tiene esculpida una reproducción de la Cruz Mozárabe del Monasterio de San Pedro de los Montes: la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, piedra angular que desecharon los arquitectos y que se ha convertido en la piedra angular, alfa y omega, principio y fin, inicio y meta del universo.
A la vuelta del Camino. Puede que, cuando llegues a Compostela, aún sientas la necesidad de encontrarte a ti mismo antes de regresar a casa. Para ello, si así lo deseas puedes solicitar unos días de estancia en nuestro Monasterio. Podrás profundizar desde Dios en tu experiencia, y afrontar tu regreso a casa como una nueva peregrinación.
Oración de Vísperas. A las siete de la tarde, en la Iglesia románica de Santa María, se celebra el Oficio de Vísperas, cantado en latín según la tradición gregoriana. Se trata de la oración de la tarde, que toda la Iglesia eleva al Señor, recordando el mismo instante en el que Nuestro Señor murió en la Cruz para salvarnos.
Oración de Completas y Bendición de Peregrinos. Cuando ya termina la jornada, la Iglesia vuelve a ponerse en oración para encomendarse al Señor antes del descanso nocturno. Es el Oficio de Completas por cuanto hoy nos ha concedido nuestro Señor. Comienza a las nueve y media. Dispones también de unos folletos para poderte unir a la oración de los monjes. Al terminar las Completas, se imparte todos los días la Bendición de los Peregrinos. El texto de esta hermosa bendición lo puedes solicitar en la Librería, a fin de que puedas rezarlo a lo largo de tú Camino.
La etapa de mañana. Mañana tendrás que afrontar uno de los lugares más altos del Camino: el Puerto del Monte Irago. La subida a Foncebadón no es excesivamente complicada; te costará alrededor de una hora. Foncebadón que fue lugar de ilustre pasado: Allí se estableció, a comienzos del siglo XII, el ermitaño Gaucelmo, que fundó una institución para socorrer a los peregrinos: el Hospital de San Salvador de Monte Irago. Los reyes, hasta inicios del siglo XIX, protegieron el lugar, a condición de que los vecinos cuidasen del Camino. A la salida del pueblo encontrarás los únicos restos de tal lugar. Desde allí a la Cruz de Hierro tardarás media hora, subiendo por una loma que te ofrece magníficas vistas de la Meseta castellana, que definitivamente dejas atrás.
La Cruz de Hierro. Es tradición depositar en la Cruz de Hierro una piedra. Es símbolo de todo aquello de lo que te vas desprendiendo en tu camino. No en vano, solo en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo podemos arrojar los creyentes el peso de nuestros pecados, conscientes de que su amor nos perdona todas nuestras ofensas. Si así lo deseas, durante la Oración de Laudes se bendicen estas piedras, para que la puedas llevar hasta la Cruz de Hierro. La oración de Laudes, cantada también en gregoriano, comienza a las 7:30, y dura media hora.
Conclusión. Los monjes hemos venido al Camino para ayudarte a encontrarte con Dios, el gran Peregrino que vino en Jesucristo a nuestro mundo para abrirnos una ruta hacia lo alto, y que sigue empujando con su Espíritu a cuantos lo recorren. ¡ Ultreya, hermano peregrino ¡
San Salvador de Monte Irago
Monasterio Benedictino
24722 Rabanal del Camino ( León )

Foncebadón

Es el último pueblo antes de alcanzar la cima, hoy prácticamente abandonado, sólo cuenta con una vecina, aunque últimamente se ha abierto una «Taberna» y se está construyendo un Hostal.
Un eremita berciano llamado Gaucelmo, con el fin de ayudar a los peregrinos en estas difíciles tierras, solicitó ayuda al Rey Alfonso VI y a él se debe la construcción de la iglesia, hoy derruida, así como la de un hospital que más tarde fue monasterio, también abandonado.
A tan sólo dos kilómetros de Foncebadón, después de haber coronado el puerto, se encuentra la Cruz de Hierro, donde el peregrino deposita una piedra en su base para pedir protección en el viaje. El lugar es uno de los más míticos y emblemáticos del camino, se cree que, otra «cruz del ferro más primitiva», fue instalada sobre un altar romano dedicado al Dios Mercurio (Dios de los caminos) por el mismo ermitaño Gaucelmo.

Manjarín

Nada que señalar, es un pueblo totalmente derruido y abandonado desde hace muchos años, aunque se sabe que, en sus buenos tiempos, contaba con un hospital. Desde hace varios años se ha instalado en esta localidad un hospitalero llamado Tomás, el cual presta una apreciable ayuda a todos los peregrinos que la precisan, especialmente en las épocas invernales, cuando las nieves y las nieblas confunden al caminante.

Acebo, El

Posee una Calle Real, que probablemente es una de las más bonitas y pintorescas del camino.
Los Reyes Católicos dispensaron a los habitantes del lugar del pago de tributos con la condición de que marcasen con estacas el camino desde Foncebadón en tiempo de nieves.
A la salida, junto a una rústica ermita, un amasijo de hierros en forma de bicicleta rinde homenaje a un peregrino alemán que encontró la muerte en este lugar.
Del Acebo sale un desvío que conduce a Compludo, en donde se conserva una herrería medieval.

Riego de Ambrós

Según parece contó con un hospital allá por el siglo XII y mantiene la iglesia parroquial de la Magdalena.
Junto a una vieja fuente también conserva la ermita dedicada a San Sebastián y San Fabián.

Molinaseca

Molinaseca es el primer pueblo importante una vez finalizado el fuerte descenso del monte Irago y donde se inicia el fértil valle del Bierzo.
Antes de cruzar el puente románico sobre el cauce del río Meruelo, cuyas aguas sirvieron a los romanos para la explotación de las minas de oro de las Medulas, se pasa junto al santuario de las Angustias, donde se venera «La Preciosa», Virgen que cuenta con muchos fieles y a la que durante siglos han venerado, colgado ante ella sus exvotos de cera.
Al otro lado del cauce, la calle Mayor nos habla de la importancia histórica que tuvo este lugar, con sus nobles casas y escudos nobiliarios, en una de ellas habitó Doña Urraca y al final de la calle Real, todavía hoy se puede apreciar el Hospital de Peregrinos.
Tiene una interesante iglesia parroquial y son destacables las ermitas que fueron dedicadas a Santa Marina y a San Lázaro.