Apostol

Camino Francés

Etapa

23

Cultura

Villadangos del Páramo

Antigua villa romana y lugar de enfrentamientos entre reyes. Fue en el año 1111 cuando tuvo lugar en Villadangos del Páramo uno de los enfrentamientos entre las tropas de la reina doña Urraca y Alfonso I «el Batallador».
A la salida del pueblo se encuentra una fuente (Fuente Ancos), de abundantes aguas, muy apreciada por los peregrinos.
Posee una iglesia del siglo XVII con una esbelta espadaña que la identifica fácilmente y es uno de los lugares con mas raíces santiaguistas del camino. Hasta siete son los motivos jacobeos que se pueden contar. Los que más destacan son: los relieves policromados en la puerta referentes a la batalla de Clavijo, Santiago Matamoros en el retablo y Santiago peregrino.

San Martín del Camino

Su nombre y sobrenombre hablan bien a las claras de una fundación franca en el Camino de Santiago.
En el siglo XVII, siendo párroco Don Thirso Carbajo, se fundó un hospital de peregrinos y pobres que se mantenía con donaciones de los vecinos del pueblo y cuyos bienes fueron subastados en 1859, como consecuencia de la desamortización.

Hospital-Puente de Órbigo

El puente de origen romano es uno de los más antiguos y famosos de la ruta jacobea. Ha soportado diversas modificaciones y ampliaciones a lo largo de los siglos, terminando con los 19 ojos que en la actualidad tiene. El también llamado «Puente del Paso Honroso», debe su fama a un hecho histórico acaecido en el Año Jubilar de 1434.
«Un caballero leones llamado Don Suero de Quiñónez, para lograr los amores de una dama (Doña Leonor de Tovar) dispuso un torneo retando a todo caballero, que quisiera transitar el puente, a romper tres lanzas contra él y sus ayudantes. Ocurrió durante el mes de julio. Don Suero y sus guerreros blandieron sus lanzas contra todo aquel que se puso a su alcance y que se sepa sólo murió un caballero. Finalizado tan singular festejo, todo el grupo peregrinó a Santiago y Don Suero, en muestra de agradecimiento, donó al Apóstol un brazalete de oro perteneciente a su dama.»
Nada más cruzar el puente se encuentra el hospital de los Caballeros de San Juan, que junto con el puente dio nombre a la actual población. La iglesia perteneció a esta institución.

Villares de Órbigo

Enclavado en el ecuador del Camino de Santiago. Nuestro suelo se ha visto horadado por las sandalias de legionarios romanos en ruta hacia Astorga.
La calidad de las tierras unida a la probidad de las aguas del río Orbigo convierten nuestros productos hortofrutícolas en los más apreciados de la ribera: Ajos, cebollinos, puerros y excelentes pimiento de calidad.
Debido a las influencias en la ruta peregrina de la zona, debemos señalar el profundo sentimiento religioso y que se alza en Villares en forma de iglesia, edificio de belleza industrial en el que se amalgaman los dos estilos más represetnativos de la arquitectura española: el románico y el barroco, se adorna en su interior con una prodigiosa talla con estuco de madera, Ntra. Sra. «La Virgen del Carmen».

Santibáñez de Valdeiglesias

Pequeña aldea con refugio, que permite hacer noche a todo peregrino que no desee continuar hacia Astorga.

San Justo de la Vega

Antes de alcanzar el pueblo se encuentra el crucero de Santo Toribio. Se cuenta que en este lugar el Santo se sacudió las sandalias cuando escapaba de Astorga camino de Liébana.
Una iglesia parroquial remozadísima y el puente romano de la Molinería, merecerán la atención del peregrino.

Astorga

La ciudad de Astorga, la Astúrica Augusta de los romanos, era «la ciudad grandiosa» citada por Plinio el Viejo cuando de ella partía el oro de las minas de Las Médulas. Edificada sobre un castro celta, fue capital del «Conventus Asturum» pero su importancia desapareció con la caída del Imperio Romano. Sin embargo, mantuvo su decisivo papel en una encrucijada de caminos: la Ruta de la Plata, los arrieros maragatos, los legionarios de la Roma Imperial y finalmente los peregrinos de la Europa continental. Todos se daban cita en esta estratégica población.
Durante siglos sus murallas romanas sirvieron para protegerla y, al convertirse más tarde en ciudad episcopal, fueron muchos los hospitales que en Astorga se instalaron para dar cobijo a los peregrinos que procedentes de todas las latitudes a ella llegaban. Contó con veintidos hospitales, siendo los más importantes el de San Esteban y el de San Feliz, ambos junto a la puerta del Sol; hoy únicamente se conserva el de San Juan, construido junto a una de las fachadas de la Catedral. Tal profusión de hospitales obligó a crear una curiosa figura, la de «veedor», era una especie de controlador que visitaba todos los establecimientos evitando que los peregrinos pobres pudieran repetir jornada gratis en un establecimiento diferente.
La catedral parte de una construcción prerrománica y los trescientos años que se tardó en terminarla hace que en ella se conjuguen diversos estilos (gótico, renacentista, barroco.)
No se puede pasar por alto el Palacio Episcopal, diseñado por el arquitecto catalán Gaudí, que además alberga el Museo del Camino; las ruinas romanas que han podido rescatarse recientemente (muralla, ergástula, termas, alcantarillado); el Museo Romano de Astorga; las emparedadas y las iglesias de San Bartolomé, Fátima, Santa Marta, San Esteban, San Francisco, Santa Clara y San Andrés.