Mansilla de las Mulas
Ciudad situada entre los montes leoneses y Tierra de Campos, quizás por esa razón fue siempre un centro comercial y ganadero importante en la zona.
Esta situada al borde del río Esla y su origen es romano, pero no alcanza mayor relevancia hasta que Fernando II ordena su repoblación en el siglo XII y le concede «Carta Puebla». Más tarde perteneció a la familia de los Enríquez.
Se conservan restos de su muralla medieval con sus cuatro puertas que coincidían con los cuatro puntos cardinales, y el hecho de que llegara a tener tres hospitales, dos conventos y siete iglesias demuestran su importancia.
Quedan vestigios del monasterio de San Adrián y de las iglesias de San Lorenzo y de San Nicolás. Parte del templo de San Martín es actualmente Casa de Cultura y Biblioteca. El convento de San Agustín se está rehabilitando como Museo Etnográfico de León. Las iglesias que se mantienen abiertas al culto son las de Santa María y Nuestra Señora de Gracia.
La ruta Jacobea, al igual que en la antigüedad, entra por el Sur y sale por un antiguo puente de piedra por el Norte.
Villamoros de Mansilla
Puente de Villarente
Se dice que fueron los romanos los que con la ayuda de los esclavos astures capturados durante las guerras construyeron el primer puente sobre sobre el rio Porma. aunque no exista documentacion escrita de ello.
Localidad que se encuentra nada más pasar el puente sobre el Porma. A 100 metros del mismo y a la izquierda se encuentra el viejo hospital que fundo en el siglo XVI el arcediano de Triacastela, el cual no pasa de ser una construcción sencilla de dos plantas, hoy reconvertido en un magnífico restaurante.
Arcahueja
Valdelafuente
León
Ciudad surgida del campamento romano de la Legio VII Gemina. Ya «El Codex Calixtinus» señala a León como «ciudad llena de todo tipo de bienes». Antiguamente, no menos de dieciséis hospitales prestaban sus servicios al peregrino, los más famosos fueron los de San Froilán, San Marcelo y San Marcos, este último, magnífica joya del renacimiento que hoy es un extraordinario Parador Nacional de lujo. Se cuenta que en el hospital de San Marcos se entregaba una libra de pan a todos los peregrinos, pero según relata Laffi, se les hacia una marca en el bordón a fin de evitar repetir la limosna.
El hospital de San Froilán, no menos importante, perteneció al cabildo de San Isidoro y además de su caridad habitual, todos los sábados se lavaban los pies a los peregrinos que allí se albergaban, en una ceremonia ritual.
San Isidoro se alzó sobre las ruinas de un antiguo templo romano cristianizado que Almanzor de encargó de destruir. Un resplandeciente románico daría paso a la actual basílica, donde se guardan las reliquias del Santo y que, visitarlas, fue casi una obligación piadosa para los peregrinos. Aymeric Picaud lo recomendaba especialmente en el siglo XII. El pórtico, el panteón de los Reyes, la puerta del perdón y el tímpano del cordero en una de sus grandes portadas, son de una belleza indescriptible.
La Catedral es una obra maestra del gótico español, diseñada por arquitectos franceses en el siglo XIII, se construyó sobre otra vieja catedral románica. La traza de la «Pulchra Leonina» recuerda otras basílicas del país vecino como Reims o Amiens, pero su delicado entramado gótico y sus 1.790 metros cuadrados de vidrieras, inundando de luz todo su interior, la convierten en una de las más bellas.
El peregrino no debe salir de León, sin antes pasear por el casco antiguo. No puede perderse lo que se conserva de las antiguas murallas con sus puertas monumentales, el espléndido palacio que más tarde levantaron los Guzmanes, la casa de Gaudí, la casona de los Quiñónez, sin olvidar el excepcional rincón donde se ubica el convento de las Concepcionistas la iglesia de Santa María del Mercado con la Plaza del Grano al lado y sobre todo caminar por las estrechas callejuelas que conforman el popular Barrio Húmedo.