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Vía de Bayona

Etapa

1

Cultura

Bayona

Bayona fue fundada en el año 950 sobre las ruinas de un antiguo castrum romano, llamado Lapurdum, que ha dejado su nombre al territorio del Labort.
Existen varias explicaciones sobre el significado del nombre de Bayona: en 842 los vikingos realizaron una incursión en Lapurdum y se establecieron fuera de la ciudad en las orillas del río. Necesitaban un puerto, que fue nombrado en honor de su líder, Björn, originando Björhamn, luego Baionam y finalmente Baiona. También podría tratarse de un aumentativo vasco o gascón del latín Baia (gran extensión de agua) o un nombre derivado del vasco Ibaiona (buen río) o Ibaiune (lugar del río).
En el siglo IX es ocupada por los vikingos, lo que transmitió a sus habitantes los secretos de su construcción naval. Recuperada por el duque de Vasconia Guillermo Sancho casi un siglo después, pasa a ser la capital del vizcondado de Labort.[1]
Durante años formó parte del ducado de Aquitania, el cual pasó a dominación inglesa en 1155, desarrollándose como importante puerto, hasta que Dunois, durante el reinado de Carlos VII de Francia, la conquistara el 21 de agosto de 1451 para la corona de Francia, último capítulo de la Guerra de los Cien Años.
Muchos judíos expulsados de los reinos de Castilla y de Aragón por los Reyes Católicos se establecieron en Bayona, hasta que en 1602 el rey les obliga a abandonar la ciudad, a la que volvieron en 1789, instalándose en el barrio de Saint Esprit.
A lo largo de los conflictos esporádicos que agitaron los campos franceses en el siglo XVII, los agricultores de Bayona se encontraron cortos de pólvora y de proyectiles. Entonces metieron sus cuchillos de caza en los cañones de sus escopetas, confeccionando lanzas improvisadas que se llamarían a partir de entonces bayonetas.
En el castillo de Marracq se firmaron en 1808 las actas de abdicación del rey Carlos IV de España y su hijo Fernando VII en favor de Napoleón Bonaparte. Este hecho se conoce como las Abdicaciones de Bayona.
El barrio de Saint-Esprit, situado sobre el margen derecho del Adur, se unió a Bayona el 1 de junio de 1857. Anteriormente formaba una comuna autónoma del departamento de Landas

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Hendaya

Esta ciudad vasco-francesa es famosa por ser testigo directo de importantes sucesos históricos a lo largo de los siglos. Como referencia citaremos cuatro especialmente relevantes:
En la pequeña isla de Los Faisanes, situada en medio del Bidasoa, se reunieron Luis XI de Francia con el rey de Castilla.
El rey francés Francisco I, capturado en la batalla de Pavía en el año 1525 fue liberado en Hendaya.
En el año 1569 Hendaya asiste a la firma del Tratado de los Pirineos.
En el año1570, tiene lugar la firma de los protocolos de la boda de la infanta española María Teresa con el rey francés Luis XIII. En el desarrollo de esta firma se produjeron dos curiosas anécdotas que recogemos para su regocijo. El encargado de decorar convenientemente el edificio donde debía llevarse a cabo la firma de las capitulaciones matrimoniales, era el excelso y universal pintor Velázquez, quien, por trabajar en traje de baño, cogió un resfriado que acabaría con su vida poco tiempo después.
Como el rey de España no podía abandonar su territorio, la burocracia de la época discurrió una curiosa solución para salvar este pequeño conflicto y salvar el problema diplomático. Para ello nada mejor que trazar una raya en todo el edificio que delimitara con absoluta claridad los territorios español y francés. Y ¡¡Voilà¡¡ problema resuelto.
En el año 1615 fue testigo de un suceso mucho más agradable enmarcado en la política matrimonial de los reyes Austrias y Borbones. Se trataba del intercambio de princesas de ambas dinastías, una de ellas nuestra infanta María Teresa de Austria destinada a la corte francesa por su matrimonio con el rey Luis XIV.
Dentro de la historia más reciente Hendaya, más concretamente su estación de ferrocarril, se hizo mundialmente famosa por ser el escenario de la entrevista entre Franco y Hitler el 23 de octubre de 1940.
En la actualidad esta ciudad vasco -francesa destaca por su puerto pesquero, su preciosa playa y el castillo D,Abbadie.
Textos: Marta Larrosa (Licenciada en historia)

Irún

Se desconoce exactamente quiénes fueron sus primeros habitantes, aunque existen restos de una antigua presencia romana. En los últimos años se han realizado numerosas excavaciones que han desenterrado evidencias de presencia romana en la plazoleta de la Iglesia del Juncal, en la Ermita de Santa Elena y en las minas de Arditurri en Peñas de Aya. En estos yacimientos se han encontrado restos de cerámica, tejas y vidrios y monedas, entre otros objetos. Estas evidencias han llevado a suponer que Irún fue la ciudad vascona de Easo u Oiasso que los geógrafos greco-latinos ubicaban en la costa del territorio vascón, el cual seria el importante puerto romano del Atlántico, junto con el de Burdeos y Londres.
Se puede decir que Irún es la salida natural de Navarra al mar. Aunque Irún está vinculada a Guipúzcoa desde el siglo XIII ha habido varios intentos de reincorporar Irún a Navarra; a la que llegó a retornar durante unos pocos años al principio del siglo XIX.
Un hecho significativo que ocurrió en la historia de Irún fue la Primera batalla de San Marcial, el 30 de junio de 1522, en el que el batallón del pueblo de Irún, el mismo que formaba y evolucionaba en las obligatorias «muestras de armas» forales o Alardes de Armas, más 24 jinetes de Irún, capitaneado por los capitanes bidasotarras, Juan Pérez de Azcue y Miguel de Ambulodi y apoyados además por 200 jinetes de la caballería del Capitán General Don Beltrán de la Cueva, que acantonaba en San Sebastián, a quien los capitanes iruneses hubieron de convencer para que interviniera en una empresa que él veía muy comprometida, venció a las tropas del rey de Navarra, que contaba con apoyo del rey de Francia.
Finalmente, el último hecho bélico en la historia de Irún se dio durante la guerra civil en 1936, exactamente el 2 de septiembre de ese año. En este conflicto quedó destruida gran parte de la ciudad, incendiada por el Ejército Republicano en retirada, y fue tomada la cima del monte de San Marcial. La toma de Irún por las tropas del bando franquista supusieron un duro golpe a la Segunda República, ya que aisló al territorio leal a la República situado en el norte, cortando sus comunicaciones con Francia.

Toda la Historia de Irún