Salvatierra
Salvatierra nació en el año 1256 cuando el rey castellano Alfonso X el sabio paseaba por estas tierras y observó que la aldea estaba situada en un estratégico punto geográfico; una inmensa llanada en medio de las montañas y de las principales vías de comunicación. Alfonso X fundó sobre la pequeña aldea de Agurain una nueva villa, a la que llamó Salvatierra, dándole el fuero de población. Toda ella se amuralló, y ser le concedió el derecho a celebrar un mercado semanal, que hoy, desde entonces, se sigue celebrando cada martes.
Una fecha destacada y trágica fue el año 1564 en el que la peste hizo estragos entre la población, y en el que se produjo un incendio que arrasó casi por completo la villa. No se sabe a ciencia cierta, pero cabe la posibilidad que el incendio fuera provocado para acabar con la peste, aunque tuvo peores consecuencias.
Después del incendio la villa tuvo que reconstruirse casi en su totalidad, y de ahí surgió el pueblo que vemos hoy en día.
Hoy, en el inicio del siglo XXI, podemos hablar de Agurain, una ciudad que sin olvidar las raíces rurales de la vieja Hagurahin, ni la trayectoria histórica de Salvatierra, establece un espacio de encuentro, y de relación, un modelo cultural basado en valores de convivencia y de respeto.
Gaceo
Gaceo, que se encuentra a media legua de Salvatierra, pertenecía a su partido judicial. A la localidad de Gaceo le correspondía el ayuntamiento de Iruraiz que dista tres leguas y media de Vitoria. A mediados del siglo XIX contaba con un plano urbano formado por un conjunto de quince casas y, sobre todo, una escuela de primeras letras concurrida por niños y niñas. El correo se recibía de Salvatierra. Gaceo integraba las tierras del señorío del Duque del Infantado. Esta localidad también fue saqueada, por las tropas francesas al retirarse de la batalla de Vitoria, en 1813. Hasta 1965 se conservó, en Gaceo, un curioso pie de crucero gótico llamado el “Mojón del Apostolado” (un prisma de ocho caras mostrando ocho relieves de santos, cinco apóstoles con sus atributos y que fue robado en 1965). Este instrumento señalaba la confluencia de las hermandades y ayuntamientos de Salvatierra, Barrundia e Iruraiz.
Diversos caminos ponían a Gaceo en contacto con las rutas internacionales de peregrinación provenientes de Europa. La propia advocación de la iglesia de Gaceo, a San Martín de Tours, más que probablemente sería una muestra palpable de esta relación. Los peregrinos, tras pasar por Gaceo, solían dirigirse a Ezquerecocha para luego, por Alegría, llegar a Vitoria. En el siglo XVIII esta ruta era conocida como el “Camino de Vitoria para Pamplona”.
Ezquerecocha
Durante la Edad Media, Ezquerecocha formó parte de las localidades que se veían afectadas por la llegada de peregrinos que seguían los caminos jacobeos desde muy diversos y dispares lugares de Europa. El peligro en los caminos se advertía desde el paso de San Adrián. Estos viajeros, provenientes de Salvatierra y Zalduendo tras haber atravesado el puerto de San Adrián, tomaban el camino que, en la actualidad, se dirige por el ramal del ferrocarril de Madrid a Irún para alcanzar las parroquias (luego convertidas en ermitas por efecto del despoblamiento de muchas localidades) de San Juan de Arrarain y la Virgen de Ayala. Antes de salir de Ezquerecocha, encontraban el lugar de “Sojuela” donde se encontraba una ermita dedicada a la Magdalena. Mucho tiempo después, al estar situada esta localidad en el camino de Francia pasaron por ella las tropas en retirada la noche del 21 de junio de 1813 después de la batalla de Vitoria. A través de los libros parroquiales sabemos que el cura de Ezquerecocha explicaba como los franceses se dirigieron a la casa cural y a la iglesia y, rompiendo las puertas, se llevaron lo que encontraron de interés.
Elburgo
En 1.337 el rey castellano Alfonso XI le otorgó el título de villa quedando anexionados a ella los pueblos de los que aquí se habla más los desaparecidos Arrarain, Garaona y Quilchano. Ejerció la jurisdicción civil y criminal en la zona, conservándose de aquel tiempo una picota en la plaza, próxima a ella hay un antiguo lavadero y una bolera.
Por aquí pasaba el Camino de Santiago que venía de Alegria-Dulantzi y se dirigía hacia Gasteiz.
Santuario de Estíbaliz
A pesar de las sucesivas reformas, constituye uno de los monumentos más significativos del arte románico alavés. Se trata de un modelo de iglesia románica, con elementos protogóticos, que tiene planta de cruz latina con amplio crucero, tres capillas asimétricas e independientes y una nave dividida en tres tramos. El crucero pertenece al siglo XIII y se cubre con bóveda de ojivas. El elemento más destacado, por su decoración escultórica, es la puerta principal que se abre en el costado Sur, a la altura del crucero.
Existe constancia del monasterio en el año 1074 y, a partir de ese momento, una sucesión de noticias asegura su pervivencia hasta el siglo XVI. Después desaparecerá el Monasterio y Estíbaliz, con solo el templo como parroquia, conoce tiempos de decadencia y abandono hasta comienzos del siglo XX, cuando la Diputación Foral y el Ayuntamiento de Vitoria aceptan la cesión de parte del Hospital vitoriano de Santiago Apóstol, del que dependía desde el siglo XVI.
Durante el siglo XX se realizan continuamente obras de restauración y mantenimiento en el templo, se edifica un nuevo Monasterio y una Comunidad Benedictina se hace cargo del mismo en 1923.
La imagen de la Virgen es del siglo XII. Ha sufrido, a lo largo de los años, diversos avatares, siendo restaurada tres veces. Remodelada por el escultor Fernández de Viana en 1897. Restaurada en el año 1984. Actualmente se puede apreciar en ella parte de su policromía original.
Estíbaliz era desde el siglo XII, al menos, lugar de reunión de lo que se llamó Cofradía de Arriaga.
La Virgen era llevada en procesión a presidir las Juntas Generales, donde el obispo, la nobleza y los labradores elegían las autoridades civiles y militares.
Nuestra Señora de Estíbaliz es coronada canónicamente en 1923 y nombrada por Pío XII Patrona de Álava en el año 1941.
Argandoña
Ascarza
Arcaya
Vitoria
La ciudad de Vitoria fue fundada por el monarca navarro Sancho VI el Sabio en el año 1181 con el claro objetivo de que sirviera para la defensa del reino. Recibió el apelativo de Nueva Victoria y sus construcciones comenzaron a edificarse sobre los cimientos de una antigua aldea llamada Gasteiz. Con el paso del tiempo, Vitoria se entrega a la corona castellana, durante el reinado de Alfonso VIII, en el año 1200, tras un durísimo y prolongado asedio. Entre 1368 y 1373, perteneció al reino de Navarra y en 1231, el monarca castellano Juan II le concedió el título de ciudad.
Su historia está jalonada por las continuas luchas entre los llamados señores de la guerra, nobles como los Ayala y los Calleja que contendían por conseguir el dominio de la ciudad. Estas violentísimas disputas obligaron a intervenir a la Corona durante el reinado de Fernando el Católico, quien capituló 1476 zanjando las luchas y aprobando la elección de los gobernadores de la ciudad.
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